• Los estudiantes leen el siguiente cuento "viaje por el sistema digestivo" explorando cada órgano que lo conforma.
                                  CIENCIAS NATURALES

                 VIAJA POR EL SISTEMA DIGESTIVO




En el parque de diversiones te dan una pizza y un helado. Estas preparado para comer  mientras te animas a viajar por cada uno de los juegos del parque. Entras a ese lugar, te comes el alimento, piensas en todo menos en lo que le esta pasando a esos alimentos en tu organismo. Tu sistema digestivo se ha puesto a trabajar. Ahora empezaremos una aventura. Pensaremos en el trabajo del sistema digestivo. Viajaremos para conocer lo que sucede en nuestro interior.
Para empezar debemos tener en cuenta que el sistema digestivo está formado por el tubo digestivo y otros órganos importantes. El tubo digestivo es como un túnel largo con muchos caminos y zonas distintas. Piensa que es como un tobogán de agua. Todas las partes del tubo digestivo y los órganos trabajan juntos para permitirte  digerir.
Así pues hagamos el recorrido para ver todas las partes y averiguar que les sucede a esos alimentos. Preparémonos para entrar a la boca. La digestión empieza aun antes de que comas, cuando hueles comida sabrosa, la vez o piensas en ella.
Estas entrando en la boca. Miras con admiración cómo hileras de dientes y muelas están preparados para cortar y triturar el alimento, ayudados por dos mandíbulas con poderosos músculos.  La saliva empieza a formarse en la boca. ¿ves esa sustancia líquida? Es llamada saliva. Cuando comes, la saliva descompone un poco de las sustancias químicas de la comida y ayuda a ablandar los alimentos para que sea fácil tragarlos. Pero, - ¿de dónde sale la saliva? Te preguntaras.  Pues la saliva es descargada por unas glándulas llamadas glándulas salivares. Estas se conectan con la boca por medio de unos pequeños conductos ubicados debajo de la lengua.
La saliva le agrega agua y mucosidad al alimento por el tubo digestivo.
Pero, ¡qué está pasando! ¡Qué es eso!. Te encuentras con un musculo que se mueve al interior de la boca. ¿Qué será? Pues bien, eso es la lengua. Tu lengua empuja una parte de estos alimentos triturados y se llama bolo.
¿Te has dado cuenta que cada parte de tu boca tiene su función específica? ¡si! Claro. Todos contribuyen a que el alimento se convierta en el bolo alimenticio. Ahora observemos que pasa. La lengua lleva el bolo hacia la parte posterior de la garganta en dirección a la abertura. Entra por esa abertura y te encuentras en un túnel, es el ESOFAGO cuyas paredes musculosas empujan el alimento hacia el estomago. El esófago es como un conducto elástico que mide unos 25 cm de largo.
En la parte posterior de la garganta se encuentra la tráquea. Esta partecita permite que el aire entre y salga del cuerpo. Cuando tragas una pequeña bola de comida triturada, encuentras una aleta especial llamada epiglotis. Esta aletica cierra la abertura de la tráquea para asegurarse de que la comida entre en el esófago y no en la tráquea, porque de pronto te atrancas. La comida se te va por otro lado.

Ahora  estas en el esófago resbalándote por ese túnel y llegas a un saco en forma de "j" que se ensancha a medida que llega mas y mas alimento. Es el ESTOMAGO. Es como una licuadora. Te estás mareando. ¿Qué será que pasa? ¿Por qué estos movimientos? El estomago es como una batidora, que mezcla y tritura las pequeñas bolitas de alimento que llegan. Esto lo hacen con ayuda de los fuertes músculos de las paredes del estomago y los jugos gástricos. Estos jugos hacen una mescla liquida de los alimentos. También ayuda a destruir bacterias que tiene la comida. Ahora los alimentos son una mescla liquida.
Ahora, ¿sabes por que proviene el vomito? Pues bien. Si una persona ingiere alimentos con muchas bacterias, el estomago dice: ey... Esta comida no pasa de aquí. Entonces los músculos del estomago se contraen y devuelven la comida.
Cuando el estomago a parte termina su trabajo, los músculos trabajan juntos y empujan la mescla hacia otra parte del sistema digestivo. Ahora seguiremos nuestro viaje. Partamos nadando por aquel rio de alimentos semilíquidos a través de un tubo largo, muy largo, EL INTESTINO DELGADO. Las  paredes del intestino secretan  y depositan en este rio, unos líquidos, el jugo intestinal y otros, proveniente del hígado y del páncreas que contribuyen a que el alimento, ahora de apariencia cremosa, cambie de aspecto y esté listo para que el organismo humano lo aproveche. En las paredes del intestino delgado te encuentras muchas vellosidades y de ahí pasa a los vasos sanguíneos. Los residuos que no sirven son expulsados por las vellosidades.
¡Asombroso! ¿Cierto?... ¡vamos! Escojamos uno de los tantos vasos sanguíneos y naveguemos dejándonos llevar por la corriente. Estas navegando por el sistema circulatorio. Parece un sistema de riego, porque todo el organismo humano aprovecha el alimento que lleva la sangre hacia todos los tejidos y órganos del cuerpo humano.
Entonces ¿Qué pasara con el alimento que desecharon las vellosidades y que seguido, el camino del sistema digestivo? Claro, llegamos casi al final. Después de que casi todos los nutrientes, de la mezcla liquida han sido absorbidas por el intestino delgado, habrán ciertas partes de la pizza que pasamos al colon y pasan al intestino grueso. Luego pasamos al colon y pasa algo extraño con la pizza. La mayoría del agua de la mezcla liquida son absorbidas por la sangre. Los desechos se toman un poco duros mientras se mueven y acaban por hacerse.
La masa solida, llega al final del intestino. Llegamos a la ultima, parada conocemos el final del intestino grueso, el recto. Los desechos sólidos permanecen aquí hasta que estás listo para ir al baño. Cuando vas al baño eliminas esos desechos por el baño.
Ahora sí, terminamos con el viaje por el interior de nuestro sistema digestivo. Que aventura tan fantástica.



 LENGUA CASTELLANA   .     SUSTANTIVO Y ADJETIVOS 

                          UN HUERTO LLENO DE HORTALIZAS

Había una vez un huerto lleno de hortalizas, árboles y frutales, y toda clase de plantas de todos los tamaños.
Como todos los huertos tenía mucha frescura y agrado, donde los niños jugaban. Por eso daba gusto sentarse a la sombra de cualquier árbol a contemplar todo aquel verdor y escuchar el canto de los pájaros.... el canto del amor.

De pronto, un buen día, empezaron a nacer unas cebollas centelleantes, como el color de una mirada o el color de una sonrisa o el color de un bonito recuerdo, cuando fue mi primer beso.

Después de algunas investigaciones sobre la causa de ese resplandor, resultó que cada cebolla tenía dentro, en el corazón, una piedra preciosa. Ésta tenía un topacio, la otra una aguamarina, aquélla una esmeralda...cual me quede contemplando ¡Que maravilla!

Por alguna incomprensible razón, se empezó a decir que aquello era peligroso, intolerable, inadecuado porque encendia la llama de la pasión.

Total, que las bellísimas cebollas tuvieron que esconder sus piedras preciosas en capas y capas cada vez más oscuras y feas, para disimular cómo eran por dentro, hasta que empezaron a convertirse en unas cebollas de lo más vulgar.

Pasó entonces por allí un sabio al que le gustaba sentarse a la sombra de los árboles del huerto y que, sabía tanto, que entendía hasta el lenguaje de las cebollas, y empezó a preguntar una por una: -¿Por qué no eres como eres por dentro? Y ellas iban respondiendo: -Me obligaron a ser así. -Me fueron poniendo capas... -Incluso me puse algunas para que no dijeran... Algunas tenían hasta diez capas y casi no se acordaban de por qué se pusieron las primeras. Al final, el sabio se puso a llorar; y, cuando la gente le vio llorando pensó que llorar ante las cebollas era propio de personas inteligentes: Por eso, aún hoy, todos siguen llorando cuando una cebolla nos abre el corazón pero, yo sonrio por el recuerdo de mi primer amor .


                                       
                              ÉTICA Y VALORES. LA AMISTAD
  




 Hace mucho tiempo, en el país de las Gominolas Mágicas, existían unos pequeños seres de colores llamados luckys. Eran redondos, peludos y suaves, y muy divertidos y cariñosos. Nacían de las flores más bellas, y eran una constante fuente de buena suerte para quienes estaban cerca. Por eso todas las personas se hacían acompañar por su propio grupo de luckys. Y competían por convertirlos en sus amigos ofreciéndoles juguetes, golosinas y toda clase de regalos.
Bueno, todas menos Violeta, una niña que nunca quiso conseguir sus luckys con regalos. Ella prefería tratarlos como verdaderos amigos, y se esforzaba en darles mucho cariño, hacerles favores, hablar con ellos y preocuparse por sus cosas... en resumen, necesitaba tanto tiempo para conseguir y cuidar a cada uno de sus peludos amiguitos, que era con diferencia la persona con menos luckys.
Cierto día corrió la noticia de que bajo las cataratas de miel vivían miles de luckys sin dueño, y la gente juntó regalos y golosinas para viajar hasta allí en busca de más buena suerte. Violeta era muy feliz con los luckys que tenía y no pensaba hacer el viaje, pero cuando vio que se quedaba sola, le pudo la curiosidad y también emprendió el camino con alegría.
Pero cuando llegó a las cataratas sólo encontró personas tristes y solitarias, sentadas junto a sus montones de regalos y golosinas. No había rastro de los luckys.
- Ten cuidado, la catarata se ha tragado todos nuestros luckys- le advirtió una mujer. - Se abre y los absorbe en un instante ¡Vete antes de que sea tarde!
Pero ya era tarde. Las cataratas se abrieron y cerraron con gran ruido. Sin embargo, al mirar a su alrededor, buscando a sus luckys, no faltaba ninguno de sus queridos amigos.
- No se los ha tragado - decían todos sin creérselo, formando un corro alrededor.
Antes de que pudieran hablar mucho más, las cataratas volvieron a abrirse. Esta vez se mantuvieron abiertas por más tiempo, y permitieron ver en su interior a todos los luckys felices y contentos rodeados de los mayores y mejores regalos que se pudieran imaginar. Cuando las aguas se cerraron, los luckys de Violeta seguían junto a ella.
Finalmente, las aguas se abrieron una tercera vez, manteniéndose abiertas, y un hombre de aspecto raro y divertido habló a los luckys con dulce voz.
- Venid conmigo, pequeños luckys. Aquí tendréis más y mejores cosas de lo que nunca podáis imaginar ¡Seremos grandes amigos!
La propuesta era tan tentadora que Violeta dijo:
- Podéis ir con él si queréis, chicos. Este sitio tiene una pinta estupenda. No me extraña que les haya gustado a los demás luckys.
Pero ni uno sólo de sus luckys se separó de ella. Se abrazaban tanto a su amiguita, que nadie dudó de que para aquellos pequeños lo verdaderamente estupendo era estar con la niña.
-¡Voy a recuperar a mis luckys! - dijo entonces un niño, dirigiéndose a la cascada.
Aquel niño fue el primero en decirlo, pero todos conocían las “locuras” de Violeta con los luckys, y supieron en seguida lo que tenían que hacer para recuperarlos. Y uno a uno fueron entrando bajo la cascada para dar a sus luckys el cariño, la atención y la generosidad que los hiciera verdaderos amigos suyos, y no de los regalos que solían hacerles.